Actualizado
21:04
(16-05-2008)
El argumento central es su esfuerzo para pasar de remedio casero a licor de nivel.
JAVIER ABLITAS
Pocas veces España ocupa la portada de algún medio de relevancia internacional. Y cuando lo hace
los medios nos lanzamos a destacarlo, en una mezcla de reconocimiento –esto debe de ser
importante-, aldeanismo -¡oh!, se han dignado a mencionarnos y los de fuera siempre son más listos-
y necesidad de buscar temas para rellenar tertulias y similares.
La edición europea del alabado Wall Street Journal, icono de la prensa económica, sitúa hoy,
en lugar preferente de su primera página, el nombre de nuestro país. Y lo hace para hablar sobre la
bebida que titula esta columna, fotografía incluída. Luego le dedica la portada –bajo el
título de “Espíritu ancestral español”- y una doble página de su suplemento de fin de
semana. El argumento central es su esfuerzo para pasar de remedio casero a licor de nivel.
A todo el mundo le encanta que el diario que acaba de comprar Rupert Murdoch hable de su
tierra. Pero no tiene tan claro que un reportaje que comienza hablando, por enésima vez, de los
Sanfermines y de los encierros –con inicio de hora canario, por cierto, porque asegura que
empiezan a las 7 de la mañana- sea lo más adecuado para transmitir una imagen de España distinta de
la habitual.
Diversos organismos e instituciones llevan años intentando convertir la marca
“España” en algo que aporte valor añadido. Cada vez más empresas de nuestro país tienen
relevancia internacional por méritos propios. Pero los tópicos –sol, toros, flamenco- siguen
constituyendo la nota distintiva para muchos. El informe del Institute for Management Development
muestra que, en cuanto a competitividad internacional, España no ha logrado mejorar el puesto 23 de
50.
El resultado: empresas como las tecnológicas, que debieran constituirse en avanzadilla de la
apuesta teórica por el I+D+i, desvinculan en muchos mercados su imagen de la de España. ¿Es esta la
manera de promocionar nuestro país y situarlo al nivel de los más desarrollados en cuanto a la
percepción que tienen los demás de él?, ¿queremos que los demás nos presten atención sólo si
hablamos de crisis o de fiesta?
PD: Eso sí, el WSJ ha acertado hablando del pacharán, aunque sólo sea porque uno es
navarro...
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